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El Gobierno considera que «no cabe en principio» la adopción de medidas encaminadas a imponer precios finales para las conexiones a Internet mediante las líneas digitales asimétricas (ADSL) inferiores a los fijados actualmente por el mercado –39 euros para usuarios y 24 euros para los mayoristas–, puesto que tendría un efecto «distorsionador del marco de competencia concebido para estos servicios». Así se desprende de la contestación –con fecha de salida del Congreso del 5 de noviembre– del Ejecutivo a una pregunta escrita del diputado de CiU Jordi Jané sobre la previsión para impulsar medidas dirigidas a equiparar las tarifas de la línea ADSL y la tecnología de acceso a Internet con las de los estados más avanzados.
El ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, sugirió ayer la posibilidad de que el Gobierno imponga una rebaja en el ADSL. «Igual tenemos que forzar los precios desde la Administración (…) ya que, pese a que «lo ideal» sería «dejar que el mercado haga lo que tenga que hacer», la situación del mercado español de telecomunicaciones, con un operador dominante «muy claro» (Telefónica) podría propiciar la intervención del Ejecutivo, explicó.
No obstante, en su respuesta parlamentaria el Gobierno mantiene que su labor consiste en garantizar la adecuación de los costes de los precio por acceso indirecto al bucle de abonado –debido a que Telefónica es la única operadora que tiene acceso a él–, «de modo que vean reflejados los efectos de las reducciones de costes que se derivan».
Además, afirma que el panorama de los servicios basados en ADSL en España tiene precios «comparables» a los países de su entorno, y una tasa de disponibilidad potencial del servicio cercana al noventa por ciento de los bucles de abonado de la red, «una de las más altas de Europa».
El Ejecutivo sostiene que estos datos sitúan a España «entre los primeros países» de la Unión Europea en términos de líneas de acceso ADSL –en torno a las 750.000, según los últimos datos de las operadoras–, «lo que es un claro indicador de que existe una oferta adecuada a la demanda de este tipo de servicios».
Sin embargo, según los datos del Eurobarómetro de diciembre del pasado año referidos a los costes de acceso a Internet con ADSL a una velocidad mínima de un megabit por segundo, España era el segundo país con un servicio más caro, sólo por delante de Portugal, y triplicando el precio de países como Alemania, Bélgica y Dinamarca.