Toda fusión o absorción de grandes empresas suele traer consigo un expediente de regulación de empleo, eufemismo empleado para denominar al despido de un determinado porcentaje de su personal. El caso de ONO, con su reciente adquisición de Auna, no va a ser menos. Hasta 1100 de sus 4300 empleados pueden verse en la oficina del INEM a partir de enero.
Obviamente, serán los departamentos donde se solapen ONO y la antigua Auna los principales afectados. Uno que notará especialmente esta regulación será el del call center (atención telefónica) que ONO tiene situado en Valencia. ¿Comenzaremos a notar los efectos negativos de esta macro-operación en la atención al cliente?Por otra parte, las espectativas de crecimiento de ONO prevén la recuperación de todos los empleos a corto y medio plazo, e incluso la generación de nuevos puestos de trabajo. Esto ya ha ocurrido en el pasado. Pero quizá las circunstancias sean distintas en estos momentos.
Ahora no sólo es ONO el operador que ofrece un servicio combinado de internet/TV/teléfono. Imagenio está comenzando a consolidarse, y Jazztel y Ya.com amenazan con lanzar en breve sus ofertas de canales. Centrándonos en internet, ONO se ha caracterizado por ofrecer más velocidad por menos coste… hasta ahora. La revolución de los 3/4 megas no sólo ha sido superada de largo por el ADSL2+, sino que incluso las líneas ADSL clásicas ofrecen rendimientos equivalentes. Y mientras, ONO se ha quedado sola con su paupérrima subida de 150 kbps y la mala imagen que está dando, mediante el boca a boca, la polémica del capado P2P.
¿Será capaz de seguir manteniendo un ritmo aceptable de crecimiento y, por tanto, de recuperar esos mil puestos de trabajo? Mucho tendrá que espabilar en el terreno comercial. La competencia no se está quieta… y, tarde o temprano, la CMT desatará a ese monstruo llamado Telefónica.