No se les ocurre nada bueno

La última brillante idea que se baraja en la Unión Europea no tiene desperdicio, ni en si misma ni por el objetivo que persigue. La desbordante imaginación del grupo popular del Parlamento Europeo ha discurrido un elaborado plan para sanear las arcas de la UE y, ojo, hacerla más independiente de los países que la componen.

La idea se basa, por supuesto, en cargar otro impuesto a los ciudadanos. Este nuevo gravamen seria aplicado a los mensajes de texto de telefonía y a los correos electrónicos, o sea a los SMS y los emails. Hablamos solo de céntimos, pero el padre de la idea, el francés Alain Lamassoure explica que «Son minucias; pero, dados los miles de transacciones que se hacen al día, supondrán unos ingresos inmensos«. Efectivamente, estamos hablando de cantidades inmensas, en eso estamos de acuerdo con Monsieur Lamassoure, pero discrepamos en todo punto de donde debe estar esa millonada. Creemos que su lugar natural es de donde se quiere sacar, el bolsillo de los ciudadanos, y que mejor esta ahí que en cualquier otro lugar.Por que la explicación que se nos da es el colmo de lo antisocial, una idea que satisfaría al mismo Hitler. Se trata que la Unión Europea sea independiente de los estados que la componen, que no dependa de ellos, que se sitúe en un plano superior, casi divino, desde el que legisla, hace y deshace a su gusto sin tener que dar cuentas a nadie y sin temor alguno al descontento de los países miembros. Totalmente aberrante en planteamiento y en objetivo.

Desde que se acepta, en algunos casos a regañadientes y como mal menor, la idea de un gobierno, y si tenemos en cuenta que no estamos en la edad media, no se concibe un Ayuntamiento que no tenga en cuenta y dependa de los habitantes de esa ciudad, no se concibe un Estado que no tenga en cuenta y dependa del pueblo o pueblos que lo componen, y mucho menos se concibe una Unión de Estados que no siga esta elemental norma democrática.

Señores populares del Parlamento Europeo, independiente tiene que ser la ONU, la ICANN y las plataformas para defensa de los grillos del Amazonas, todos menos ustedes, que deben depender, dar explicaciones de sus actos y legislar a satisfacción de quienes los han creado y los mantienen. Intentar hacerlo desde una posición distinta es caer en el absolutismo e imposición de una postura de fuerza.

Afortunadamente esta idea de cobrar por SMS y emails ya se planteo en Italia hace unos años y tuvo que ser retirada inmediatamente ante el descontento general que provocó. Ni originales son siquiera. Desafortunadamente el planteamiento social ahí ha quedado y el tal Alain aun no ha sido linchado (en lo político y figuradamente, claro).

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