Vivi o el fundamentalismo europeo

Nuestra comisaria europea favorita, la de la Sociedad de la Información, Viviane Reding esta muy ocupada en estos días preparando un plan de unificación del espacio radioeléctrico europeo, lo que afectaría no solo a los operadores de telefonía móvil en nuestro país, sino también a los ISP que operan en nuestro territorio.

Hasta ahora los espectros de emisión de compañía lo gestiona el gobierno al que compete el territorio, cosa que crea algunas incompatibilidades que a Vivi no le gustan ni un pelo según leemos en un artículo de Expansión.com, por lo que quiere crear una serie de normas que impidan incompatibilidades entre distintos países, que solucionen la fragmentación existente según sus propias palabras.Especialistas en el tema aseguran que llegar a esto es prácticamente imposible técnica y legalmente, y más si se tiene en cuanta que la gestión del espectro de emisiones hertzianas es considerado por los gobiernos como recurso estratégico ligado a la seguridad nacional. En todo esto, y sobre todo en que puede afectar a las comunicaciones de banda ancha, no solo os pedimos vuestra opinión, como siempre, lo que os pedimos es socorro: no estamos muy seguros ni de lo que estamos diciendo y si alguien nos lo pudiera explicar con un vocabulario al alcance de todos lo agradeceríamos muchísimo.

Lo que si entendemos más, ya entra en nuestro ámbito natural, son las sospechas de Telefónica España sobre la reciente resolución de la CMT, la que les obliga a ser mayoristas de ADSL2+. Fuentes del proveedor español ve detrás de esa decisión la mano negra de Vivi, pobre mujer, estamos seguros que sus manos no dejan nada que desear en cuanto a estética se refiere. El caso es que es cierto, como afirma Telefónica, que hasta ahora la comisión reguladora había defendido a capa y espada la desagregación del bucle de abonado, para que cada compañía diese, a través de él, lo que le apeteciese directamente. Obligar a alquilar ese bucle ya con el servicio ADSL2+ en funcionamiento es una maniobra orquestada desde Bruselas, según la nada feliz al respecto Telefónica.

Y para terminar de animar el cotarro, no encontramos con las cadenas de televisión nacionales, que quieren cobrar por la emisión de sus contenidos abiertos de TDT a los operadores de cable y ADSL que lo hacen. El asunto es que, por ley, estos operadores están obligados a emitir, junto con sus contenidos propios, todos los canales nacionales, autonómicos y municipales de los que haya cobertura, en abierto por supuesto, en esa zona. Mientras se ha tratado de televisión analógica no ha habido ningún problema, pero ahora nos encontramos con que se les quiere cobrar por las emisiones de la Televisión Digital Terrestre, con la incongruencia de que si rechazan la amable oferta de pagar a las cadenas televisivas, no podrán emitir y entonces estarán incumpliendo la ley. A esto se le llama estar entre la espada y la pared. Esperemos que lleguen a un acuerdo lógico cuanto antes, no se les puede exigir pago por llevar la señal a lugares que, sin ellos, la cobertura sería poco menos que imposible.

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