Apenas terminamos de escribir de un
extraño documento aportado por la SGAE a una causa
judicial cuando, vía Abadía
Digital, llegamos a otro, cuanto menos tan raro y dudoso como el
anterior, tanto que la Asociación Española de
Pequeñas y Medianas Empresas de Informática
y Nuevas Tecnologías ha considerado pertinente
presentar una denuncia, basada en su existencia.
El texto completo de la demanda lo
podéis encontrar aquí
(o aquí
en PDF), os aseguramos que es muy interesante y, raro en este tipo de
escritos, fácil de leer. No obstante, para los que andáis
escasos de tiempo, os lo resumimos a continuación.
La querella se presenta por los
presuntos delitos de falsificación de documento
oficial, usurpación de funciones públicas,
tráfico de influencias y manipulación
para alterar el precio de las cosas. El querellante es APEMIT y los
demandados, un catedrático de Ingeniería de
Sistemas de la Politécnica de Madrid y los que resulten
responsables de los hechos por parte de la SGAE, de la AGEDI
y de la AIE (las tres operan en el mismo ramo).Los hechos, según la parte
querellante, son que estas tres gestoras de derechos pidieron a un
individuo que les redactara un bonito informe dándoles la
razón en todo, y que para que este documento tuviese
apariencia de algo más que una simple opinión
privada, el autor, aprovechando su cargo de catedrático,
lo elevó de categoría pasándolo a papel con
membrete oficial y sello de la Universidad Politécnica
de Madrid.
Puesto así de bonito, este
documento, que en su origen no era más que una opinión
personal de un funcionario público, ha sido presentado,
por parte de la SGAE, en infinidad de juicios como si se
tratara de un dictamen oficial de un organismo del prestigio de la ya
mencionada Universidad, dando así la impresión, ante
los tribunales, de que una institución oficial y pública
avalaba sus tesis.
Ignoramos los motivos que pudieron
incentivar a este caballero a realizar esto. ¿Saldrán a
la luz en el juicio? Si se averiguan, ¿serán
constitutivos de otro presunto delito? ¿Será
todo esto simples imaginaciones de la Asociación de Pymes y
tanto el catedrático como la SGAE totalmente inocentes?
Esperemos que no tarde en verse esta
causa y salgamos de dudas pronto.