Pero sin anunciarla, a posteriori, que
no hay que quemar cartuchos sin necesidad. Lo que se ha hecho es
prestar a Société Générale
acciones por un valor de 49 millones de euros, para ver si se vendían
o no. Estos títulos pertenecían, o estaban controlados,
por el presidente de Jazztel, por lo que, ahora, lo primero
que hay que hacer es reponerle a Leopoldo Fernández Pujals
las acciones que ha adelantado y que, efectivamente, se han vendido.
No resultará difícil, para ello se declara la
ampliación de capital a toro pasado, y las nuevas acciones que
se emiten van directamente al presidente y punto.
El motivo de hacer las cosas de esta
manera
no es otro que el miedo a que el anuncio de una nueva emisión
de acciones hundiera a Jazztel en bolsa. Con este original
sistema de primero vender y luego anunciarlo, no solo se ha evitado
esta molesta contingencia, sino que se ha conseguido, en virtud del
éxito, una relevante subida en la cotización de
la compañía, en concreto un 11.3 %. El que este
aumento de valor se produjese antes del anuncio de la operación
por parte de la operadora, y que el volumen de movimiento de Jazztel
en bolsa haya sido muy superior a lo habitual, ha levantado
los recelos de la Comisión Nacional del Mercado
de Valores, que piensa investigar si se ha producido un caso
de uso indebido de información privilegiada.
Jazztel, por su parte, ha
declarado que con esta operación y la reciente
venta de empresas que no le eran estrictamente necesarias, tiene
cubiertos los gastos de este ejercicio.