Orange esta actualizando el
firmware de sus decodificadores, los que instala cuando se
contrata Orange TV, con objeto de que, según se informa
durante el proceso, puedan «disponer de todas las funciones
disponibles», cosa que vemos muy natural. Un «deco» debe
disponer de lo que esta disponible para él, sino
se sentiría, sin duda, muy marginado, algo así como un «deco» de segunda categoría, y eso siempre produce traumas
difíciles de superar.
Pero obviemos la redundancia, a un
mensaje de este tipo, y sobre este tema, tampoco le podemos pedir, y
mucho menos exigir, gran riqueza de léxico. Lo que si
podríamos esperar, después de leer que «La
actualización durará un máximo de 10
minutos. Por favor espera, no necesitas realizar ninguna
acción sobre el decodificador o el mando a distancia. En
cuanto la señal luminosa del decodificador este roja y
deje de parpadear, presiona de nuevo la tecla encendido para
utilizar el servicio», es que la cosa sea tan simple como la
pintan y ajena a todo problema.
Convencidos de ello, que remedio si
queremos que el aparato funcione a su 100%, pulsamos, como
nos indican en la ya mencionada pantalla algo más abajo, la
tecla encendido para que se inicie el deseado proceso. De este
modo y sistema Orange actualizó, ayer martes, 500
decodificadores. La mejor prueba de que a esos «decos»se le
puede actualizar el firmware remotamente, lo que sí que
es exigible a cualquier decodificador que se precie de serlo, es que
solo han muerto en el intento 150 de ellos. Un 30%
de bajas no es nada comparado con las del desembarco de Normandía,
aunque, quizás, a los dueños de esos 150 aparatos
que han dejado sus bits en el intento, y ahora están en un
lugar sin duda mucho mejor, les importe un bledo las estadísticas
y encuentren las comparaciones odiosas.
Lo malo del asunto es que, salvo que
esta primera experiencia desanime a Orange, para la semana que
viene esta previsto someter a la misma lotería rusa a 2.500
inocentes decodificadores más, y para la siguiente, piensa
intentar actualizar otros 5.000. Esperemos que, de aquí
a entonces, estudien y mejoren el tema, o bien que retrasen sus
planes hasta evaluar bien los riesgos.