A raíz del anuncio
de ONO de estar en condiciones de suministrar 25 megas
reales a 6.3 millones de hogares, se ha tirado de
archivo, y ha vuelto a ver la luz el informe que, a primeros de
julio, el presidente de la Comisión del Mercado
de Telecomunicaciones, Reinaldo Rodríguez, presentó
ante el Senado.
Si ya en su día levantó
ampollas, sobre todo en los revendedores, el hecho de que solo un 4%,
cuatro de cada centenar, de usuarios que han contratado el ADSL de
hasta 20 megas se acercan a esa velocidad, ahora queda la esperanza de que, en
estas fechas, el dato
pase prácticamente desapercibido.
De todas maneras, se
empiezan a ver reacciones y las inevitables comparaciones. Sabemos de
las diferencias, virtudes y defectos del ADSL y del cable,
pero hay que tener en cuenta que, a la hora de campañas
publicitarias, no todos los captados por ellas cuentan con los
conocimientos y experiencia que tienen la mayoría de los
usuarios de esta página. Para muchos, y hasta para nosotros,
aunque no pensemos en absoluto en cambiar, 25 megas reales nos
suena a música celestial.
Si a esto se une un
informe asegurando que no se llega a los 20 megas, ni
de lejos, con el ADSL, todo esto nos hace albergar esperanzas
de que, de la inevitable lucha entre operadoras, algo en claro
saquemos nosotros, los clientes, que la mayoría vivimos
a más de 300 metros de la centralita, distancia máxima
en que un ADSL puede dar 20 megas, y eso no aumenta aunque se
hagan centenares de estudios de linea y situación.