Nunca es tarde si la enmienda es buena.
Se ha intentado que algo tan indefinido como organismo competente,
lease SGAE, tuviera
potestad para censurar, lease cerrar, páginas webs y
los experimentos han sido un fracaso. Si no se hubiese organizado el
revuelo mediático que ha habido, tendríamos el 17bis
campando a sus anchas. Hubo protestas en el primer intento, y las ha
habido para impedir que vuelva.
Simplemente no ha colado y ahora es el
momento de intentar hacer olvidar a los ciudadanos, lease votantes,
que todos estaban de acuerdo. Unos
lavan su imagen con vagas declaraciones sobre confusos desacuerdos
con el canon, bonitos titulares pero nada más allá
de que la administración pública quede exenta, otros
presentan enmiendas.
El grupo parlamentario socialista en el
Congreso ha presentado
cuatro enmiendas a la Ley de Impulso de la Sociedad de la
Información con dos objetivos claros, destaquemos que, por
una vez, son claros, ademas de propios de un gobierno que se
autodenomina de izquierdas. Así como todos estaban de
acuerdo con el desafuero cuando se propuso, faltó
valor para enfrentarse con toda la comunidad internauta, ahora están
de acuerdo en «dejar claro que los únicos órganos
que pueden restringir contenidos en Internet cuando afecte a
la libertad de información y expresión son los juzgados
y tribunales«.
Y ya puestos, que el acceso a Internet
sea un derecho universal, cosa que tampoco sobra, esto «supone
avanzar en derechos de ciudadanía, el acceso a Internet
por banda ancha pasará de ser un producto que podemos
contratar a ser un derecho, ya que se incluye como servicio
universal».
Por cierto, que el acceso a la banda
ancha sea servicio universal entra de lleno en los planes
de la CMT y Telefónica en cuanto a la nueva
regulación por zonas.