El Comisario de Mercado Interior
de la Unión Europea, Charlie McCreevy, ha informado
que es intención de Bruselas mediar con objeto de que
el canon digital, que se aplica en 24 de los 27 estados
miembros, sea mas parejo, ya que, actualmente existe una enorme
diferencia de criterios y cuantías entre un país y
otro.
McCreevy, escarmentado de
anteriores
declaraciones, ha querido dejar claro que de ninguna manera cuestiona
la existencia del canon, que eso es cuestión de índole
interna de cada estado miembro, que el que quiera aplicarlo lo
aplique y el que no, que no lo haga, pero quiere homogeneidad
entre los que los que lo impongan. Como ejemplo mencionó los
reproductores de MP3, que en algunos países no
pagan canon, a pesar de que otros productos sí, mientras que
si se compra en otro país vecino puede estar encaracido hasta
en 15 euros por este concepto.
También quiso dejar clara la
postura oficial ante la parte beneficiada: “No es mi
intención cuestionar el derecho de los titulares de derechos
de autor a recibir compensaciones por las pérdidas
ocasionadas por las copias privadas. Está consagrado en la
legislación comunitaria y no tengo intención de
proponer un cambio a esta legislación”.
Con estas matizaciones por delante, y
calculando que así el Gobierno francés no va a
volver a saltarle al gaznate, ha declarado abierta una consulta
pública, en la que podrán opinar las partes
interesadas hasta el 18 de abril, tras lo cual se realizará
una audiencia, así mismo pública, para intentar llegar
a un acuerdo en tan peliaguda cuestión.
Tampoco omitió el talón
de Aquiles de este proyecto, la gran dificultad que tendrán
que abordar a la hora de cuantificar el canon europeo: “Lo que
intentamos hacer es introducir realismo en este debate y que el
nivel del canon esté relacionado con el montante de la pérdida
por la copia privada. Y esto no es muy obvio en alguno de
los productos a los que se aplica este canon».
Lo que el bueno de Mccreevy quiere
decir es que la industria dirá una cosa y las “SGAE´s”
otra muy distinta, del orden de 200 veces más, con lo
que el follón típico estará servido. Recordemos
que en España ambas partes fueron incapaces
de llegar, ellas solas, a un acuerdo y que, aun, están
mediando, entre ellas, los ministerios de Industria y de
Cultura.