Vodafone centra el peligro: el cierre de las centrales

Con los 30 megas de Telefónica
terminando la fase de pruebas y la nueva regulación de la CMT,
por zonas, a punto de aprobarse, Vodafone comienza a intentar
defender su posición en el DSL español. Por lo
que se desprende de sus preocupaciones actuales, piensa explotar
bastante el ADSL antes de empezar con VDSL, lo que deja
a Tele2 lo mismo
que estaba antes de que la adquirieran, mal.

Todo indica una posición de «verlas venir» por parte de Vodafone, a los que
pensamos retirar el saludo si no empiezan a invertir, en serio, en
accesos fijos a Internet antes de 6 meses.

El presidente de Vodafone España,
Francisco Román, ha criticado
la falta de competencia en telefonía fija que existe en
el país y advierte que la cosa puede ir a peor con la nueva
legislación. En las zonas donde exista suficiente presencia de
otras operadoras, la CMT no obligará a Telefónica
a realquilar sus lineas a precios regulados, y si es la operadora
incumbente la que fija precios, la rentabilidad de los que solo viven
de la reventa se verá en serio peligro.

Pero este no es el peligro más
inminente, siempre queda la presencia de las operadoras en las
centralitas del ex monopolio. En este aspecto es donde
Vodafone destaca la máxima probabilidad de conflictos
en la futura competencia del sector. Telefónica
evoluciona hacia el VDSL y FTTH a magnus itineribus y,
a no tardar mucho, podrá empezar a reducir el numero de
centralitas actuales o, cuanto poco, a sustituirlas por otras,
nuevas, en las que nadie le obligará a admitir
presencias ajenas, a no ser que le sea rentable el hacerlo.

Esas centrales, sobre las que pesa la
amenaza de cierre, son el último bastión de
revendedores, y si Telefónica las abandona, tendrían
que hacerse cargo de ellas, tanto física como
tecnológicamente
, ya que no dudamos, ni por un momento, que llegarían a sus
manos en forma de cuatro paredes peladas y si queda algún
enchufe eléctrico, será porque estaba escondido y se
les pasó llevárselo.

Otro gasto que añadir a las
operadoras alternativas cuando de les acabe el chollo de la actual
regulación y un arma que Telefónica no dejará
de usar.

Es es el gran peligro del que advierte
Vodafone, a pesar de que se establecería
un plazo mínimo, de unos tres años, entre que
Telefónica avise de un cierre y que este se haga efectivo.

Que esta cuestión les preocupe
nos lleva a pensar que la innovación que planea hacer Vodafone
en España, a través de Tele2, es bastante
tendente a cero en los próximos meses.

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