El presidente de la CMT,
Reinaldo Rodríguez, ha comparecido
en rueda de prensa, por primera vez tras que el organismo que preside
impusiese a Telefónica una rebaja del 86% en los
precios mayoristas que aplica a sus rivales.
Ante las acusaciones de que esta rebaja
puede contradecirse con la declarada
intención de la CMT de potenciar las inversiones, ya
que puede incitar a las operadoras alternativas a vivir solo de la
reventa al ver sus margenes de beneficios aumentados, Reinaldo
aseguró que es indispensable que las operadoras rivales de
Telefónica tengan una oferta a nivel nacional, y que
este es el método.
“Hay mucha diferencia entre las zonas
donde hay competencia en el bucle de abonado, las más
rentables, donde los operadores tienen ofertas de acceso directo, los
famosos 20 megas, desde las centrales del ex monopolio y el resto del
país, un 35%, donde la competencia es más baja”,
explicó.
Con esta rebaja los competidores de
Telefónica podrán tener una oferta barata para
todo el territorio nacional, con lo que captarán
clientes en las zonas no rentables. Y de paso se ahorrarán
tender lineas allí, añadimos nosotros, detalle que
olvidó mencionar el señor Rodríguez. Esperemos
que cuando todo sea fibra óptica, y se regule por
zonas, esta deficiencia desaparezca y que esto se quede circunscrito
solo a esa especie en vías de extinción que es el ADSL.
En cuanto al baremo que se ha aplicado
para calcular las nuevas tarifas mayoristas ha sido orientando a
costes y sumando un margen de beneficio razonable. Con estos
nuevos precios Telefónica tiene un 37,5% de
ganancia sobre coste de cada linea que alquile a una operadora rival.
A ver si ahora hay repercusiones que
afecten a las estadísticas europeas, en las que España
continua mal situada. En Europa se baja a 4,14 megas
pagando 31,78 euros, aquí pagamos 39,9 euros por
bajar a 3,072, y conste que este estudio
se ha realizado buscando “siempre que se ha podido, la oferta más
aproximada a la de Telefónica o, en su caso, la de precio
absoluto más próximo”, por lo que hay que repartir un
poco las culpas entre todos.