Cada vez lo vemos más negro, Internet
molesta a los poderes, al del dinero, al político y a todos los
poderes fácticos que, aunque no sean tan nombrados como en otros
tiempos, no por ello dejan de gozar de demasiada buena salud.
En un panorama europeo en que el
borreguismo tiende a que el ciudadano vote a un gobierno para que le
mande, no para que le represente y sirva, muchos de los elegidos no
dejan de aprovecharse de la oportunidad de actuar en forma de «ordeno
y mando» y ponerse al servicio del sol que más calienta.
Ahora vienen las elecciones europeas,
donde el futuro de Internet también pinta fatal. Ya han
surgido varios movimientos que avisan del peligro e intentan evitarlo
en lo posible, véase el razonadísimo
http://blackouteusp.wordpress.com. Algo se podrá hacer, pero haría falta una unión nunca vista
entre todos para poder luchar contra los multimillonarios intereses
de discográficas y productoras de cine.
En Suecia, donde un juez
perteneciente a una asociación similar a lo que aquí es la SGAE
condenó a The Pitate Bay, juicio recurrido por esa y otras
cuestiones, la ayuda ha venido del lugar más inesperado, de Tele2,
una de las principales proveedoras del país nórdico, que ha
anunciado
que borrará cada pocos días los datos de las ip visitadas por sus
clientes para que, si se les exige judicialmente es información, no
tenerla o tener la mínima.
En España las conversaciones
entre propietarias de derechos y las operadoras de Redtel, las
importantes menos Jazztel, andan muy avanzadas,
solo queda la discusión de imponer multas o desconectar a los
reincidentes. Si no hay acuerdo decidirá el Gobierno.
Pero las aspiraciones de la SGAE
y allegados no para en los P2P. Su próximo objetivo
es Rapidshare y Megaupload, aparte de intentar
conseguir que las operadoras también les paguen
un segundo canon por ser suyas las líneas a través de las
cuales cualquiera puede cometer la tropelía de bajarse un disco de
Ramoncín.
Aunque, pensándolo
bien, el que haga eso, en concreto,bien se merece todo lo que le
pase.