Para posicionarse en el mercado de la música y el cine digital, Telefónica lanzó una de las apuestas más peligrosas y ambiciosas que se conoce de la empresa española. Pero el problema con el que se encontró la compañía fueron las estrictas normas que el DRM les puso a la hora de la reproducción de contenidos musicales. No obstante, estas medidas fueron aprobadas por el Ministerio de Cultura y la industria audiovisual.
Pixbox nació como un proyecto respaldado por multitud de compañías discográficas, como Sony BMG o Vale Music, y además contó con el apoyo de SGAE, EGEDA o Promusicae. En un primer momento, hasta el Ministerio de Cultura apoyó esta medida, ya que lo incluyeron en el Plan Antipiratería, asegurando que “todos los sectores trabajen juntos para el disfrute lícito de la cultura y de Internet con garantías de seguridad”.
Aunque los cinco millones de clientes de la empresa certificaban, en un primer momento su éxito, al final tal éxito no ha existido y Telefónica se vio obligada a asegurar que el proyecto no andaba según lo esperado.
Un par de años después de su estrepitoso fracaso, Pixbox se recicló para formar parte de los servicios que la empresa ofrece gratuitamente por contratar el servicio ADSL. Tras una temporada incluyendo este servicio a las nuevas altas, Telefónica habla de un total de 30 millones de descargas realizadas desde este servidor. Cuando se cumplen cinco años de servicio, la empresa ha decidido cesar la plataforma el 31 de mayo, fecha a partir de la cual los suscriptores no podrán acceder a él. Según Movistar, la antigua Telefónica, la operadora se encuentra trabajando para ofrecer, en un futuro, un servicio mejor.
El cine de Pixbox afirma la decadencia de DRM, suponiendo una frustración para el usuario a la hora de elegir un archivo del catálogo. Según la regulación española los contenidos adquiridos en Pixbox sólo pueden disfrutarse en un máximo de 3 PCs, hacer 3 copias a CD y reproducirse en 3 reproductores portátiles, siempre que soporten DRM.