El pasado miércoles, el pleno del Parlamento Europeo ha aprobado destinar en forma definitiva 1.000 millones de euros para impulsar el despliegue de banda ancha y otros proyectos digitales europeos desde el 2014 hasta el 2020.
Si bien puede parecer una cifra interesante, ha sufrido un recorte bestial ya que Bruselas había propuesto en un inicio un presupuesto de 9.200 millones de euros, de los que 7.000 millones se habrían destinado a la banda ancha de alta velocidad.
De este modo se deberán concentrar los esfuerzos en infraestructuras paneuropeas, y sólo el 15% de ese presupuesto se dedicará a respaldar el despliegue de redes de banda ancha. «La infraestructura digital es importante para el conjunto de la economía. Así que esta votación no es únicamente sobre Internet y telecomunicaciones, se trata de dar a cada sector lo que necesita para competir o prestar servicios públicos«, comentó Neelie Kroes, comisaria europea de Telecomunicaciones.