La brecha digital ronda a Italia y desde hace meses el Gobierno de Renzi busca atajar como sea la situación de desventaja en la que se encuentra su país digitalmente hablando frente a otros países de la Unión Europea. Varias son las empresas que compiten e intentan reforzar posiciones para liderar esta evolución.
En un lado está Telecom Italia, antiguo monopolio público, que tras romper con Telefónica busca nuevos socios junto a los que ganar terreno. En el otro extremo, las grandes operadoras extranjeras como Orange que se asoman y valoran la situación e incluso cadenas de televisión como Mediaset, controlada por el holding de Berlusconi que busca poder ofrecer servicios de convergencia uniendo televisión de pago, móvil e internet.
Tras tiempo decidiendo si apagar la vieja línea de cobre de Telecom, su mayor activo, el primer ministro tuvo que echarse atrás y plantear un plan de expansión de banda ancha en el que no se obligue al antiguo monopolio a prescindir de esta infraestructura ganando así Telecom esta primera batalla.
Entre comentarios y desmentidos rumores de que Orange puede hacerse con Telecom, la hipótesis más probable es que desde el Gobierno italiano se cree una nueva sociedad participada de la caja pública CDP donde varios grupos extranjeros ya se han manifestado disponibles a invertir en el proyecto de crear una estructura de banda ancha que abarque el 100% del país en 2030.