Y la de esta ocasión tiene
nombre y apellidos, se trata del momento entrada de Leopoldo
Fernández Pujals, que produjo un inusitado aumento de
cotización de la operadora con sede
en Londres, allá por 2004, y que, ahora, tres
años después, se ha desvanecido como humo.
Pujals asumió un 24,9%
del capital de Jazztel y, a partir de ahí, toda una
historia de especulaciones y rumores,
siempre en primera linea de cualquier
adquisición importante, para dar imagen de solvencia, pero sin
llegar nunca a ser un verdadero candidato a tener en cuenta, siempre
dependiendo de habladurías que la vinculaban a otras
compañías y siempre terminando en nada.
Una política inicial de acaparar
el máximo número de clientes potenciales
posibles, independientemente de estar en situación de darles
servicio o no, la ha convertido, estadísticamente, en la
compañía de mayor porcentaje de bajas del panorama
español, con la consiguiente falta de credibilidad que
ello genera, junto con el que se haya acabado
lo que se pensaba que iba a ser la gallina de los huevos de oro, las
indemnizaciones obtenidas de Telefónica y el reciente
anuncio de una investigación
de sus cuentas, ha llevado a Jazztel a los mismos pésimos
resultados que tenia en 2004.
Tres años en los que una
empresa no aumenta su valor, acumula perdidas y no
cumple, ni de lejos, con los objetivos anunciados a bombo y platillo,
es demasiado para la paciencia de cualquier inversor. A fin de este
ejercicio, Jazztel debería
contar con un millón de clientes, y no llega ni a los
250.000, debería facturar 1.000 millones de
euros, de los que 50 serian beneficios, y ha ingresado 214
hasta el tercer trimestre y hay perdidas de 76 millones de
euros.
Habría que estar dentro, y muy
alto ademas, para saber si se ha entrado ya, o aun no, en el circulo
vicioso en que solo un milagro puede salvar los trastos, o si tendrán
que vender, con perdidas, a vete a saber quien. De todas maneras, si
hay que reconducir la estrategia de la compañía,
nosotros, que hemos probado todos los routers de todas las compañías,
a la vez, en una misma linea, con la gran inversión en rosetas
telefónicas que ello supone (y no solo no funcionó el
invento, sino que , además, se nos quemaron dos), aconsejamos
menos promesas publicitarias y un mejor servicio de
atención al cliente, pero postventa ¿eh?, que para
darse de alta sí que te atienden muy bien.
¿como no podria estar de acuerdo en lo que se dice?, sino un sufridor en mis carnes de lo que se dice, mucha promesa de velocidad del «Hasta…» pero el hasta se queda bien cortito, el servicio de atención al cliente resulta al principio agradable y chocante hablar con Argentina y sus locutoras. AL final y despues de semanas de lucha y pelea y decir mi onmbre, telefono DNi… pues vas un día , te calientas y les mandas a tomar por. Hoy probablemente tendrán que poner 249999 clientes de jazztel , uno menos que es el que suscribe.
No quiero cargar las tintas contra los accionistas, que bastante desgracia tienen con invertir su dinero en esta ruina, pero lo que me sorprende sobremanera es la capacidad que tienen para echar las culpas a todo lo que sea ajeno a la compañía. Culpas a Telefónica, que les boicotea (como si Telefónica gestionase su desastroso call center). Culpas a Gaesco, que vende y hacer bajar la cotización (como si Gaesco fuese quien incumple los planes de negocio). Culpas al juez que iba a juzgar la demanda contra Telefónica, aunque luego fue Jazztel quien firmó el acuerdo extrajudicial. Culpas a no se cuantas conspiraciones para acabar con la competencia en España. Y yo me pregunto… ¿para cuándo la autocrítica?