Cuando, en verano pasado, Telefónica
inició el proceso
de triplicación, inconcluso aun desde nuestro punto de vista
pero acabado oficialmente, con objeto de pasar todas las lineas
posibles de uno a tres megas, quien más protestó
fue France Telecom, mediante su presencia en nuestro mercado
de Orange y Ya.com.
Hubo solicitudes de suspensión
cautelar del proyecto y quejas de todo tipo. No obstante la decisión
de la CMT estaba tomada y dio luz verde a Telefónica,
con la condición
de facilitar la información precisa a sus rivales para que
pudieran hacer lo propio.
Orange y Ya.com, a las
que se unió la patronal de operadores alternativos Astel,
se quejaron también de las deficiencias de la información
que les hizo llegar la operadora incumbente, asegurando que era
incompleta, desfasada y hasta falsa en algunos datos, lo que tampoco
nos extrañaría mucho que fuera así, que
Telefónica nunca se ha caracterizado por su buen
corazón para con sus competidores.
Tanta queja terminó en la CMT,
donde se abrió un expediente informativo que no ha
llegado a ninguna parte. La Comisióndel Mercado
de Telecomunicaciones ha informado
a las partes que no a lugar abrir expediente sancionador
por aquellos hechos.
A quien Dios se la dé, que San
Pedro se la bendiga.