La compañía Telefónica hace unos meses hizo el anuncio del lanzamiento de una nueva tecnología VDSL (Very High Bit Rate Digital Subscriber Line 2) en España. Esta nueva conexión, según prometió la compañía, se podría instalar en todas las viviendas a menos de 600 metros de las centrales y se disfrutaría, al menos, de 25 megas de velocidad de bajada. Sin embargo, todo esto ha quedado en meras palabras, ya que a una distancia de 600 metros son muy pocos, por no decir ninguno, los bucles de abonado que soportan el VDSL2 a estas velocidades.
Para que los bucles de abonado fueran viables,
sería necesario cumplir con una serie de requisitos que casi ninguno de
ellos cumple. Otro de los puntos en contra es que
para que se puedan cumplir esos 600 metros es necesario que los cables
hasta la central estén en óptimas condiciones, cosa que es muy
complicada debido a que la mayoría de las infraestructuras de Telefónica
tiene bastante antigüedad.
También hay otro punto negativo y es que la caja terminal a la que
pertenezca el bucle no tiene que estar multiplaza con ninguna otra caja
terminal, algo realmente difícil debido a que hay una gran
saturación de las centrales de telefónica y en vez de ampliarse lo que
se hace es multiplicar las cajas en las nuevas edificaciones, es decir,
sacando varios ramales.