Tras la publicación del informe eEspaña, es el momento de sacar conclusiones al desarrollo de la banda ancha en nuestro país durante los últimos 10 años. Como adelantábamos hace unos días, los resultados se pueden tomar como bastante positivos y, profundizando en el informe, es posible encontrar más razones que invitan al optimismo.
Hablando específicamente de banda ancha, las noticias son realmente buenas. Los datos ofrecidos por la Fundación Orange son bastante claros. España ha crecido en los últimos 10 años por encima de la media europea hasta acabar en 2010 con el «reloj tecnológico en hora». Es decir, a la altura del resto de países del entorno. Pese a contar con un número de conexiones de banda ancha fija realmente bajo (rozando el 20%, solo por delante de Italia), es la suma de la banda ancha móvil la que permite tener una suma total de accesos por banda ancha con niveles cercanos a los europeos, rozando el 60% de penetración. Respecto a las redes de nueva generación, el informe de la operadora, afirma que la inversión es frenada por la carga impositiva, mayor que en otros sectores.
Los autores del informe concluyen que si
relativizamos los datos respecto al PIB per cápita de la población,
«España se posiciona en el despliegue de redes por encima de su nivel de
riqueza.» Por esto, los logros conseguidos en los últimos años tienen
un especial valor en términos históricos ya que no se trata de un país
habitualmente puntero en la penetración de nuevas tecnologías y ha sido
capaz de no quedarse atrás en la carrera pese a partir con una posición
desfavorable.
Con todo, el estudio advierte de los peligros de la crisis
económica mundial y de los estragos que podría causar aunque de momento
el sector TIC se comporte con fortaleza. Desde el Gobierno, fue la
Vicepresidenta Mª Teresa Fernandez de la Vega la que se apoyó en estos
números para justificar el «cambio de modelo económico» pensado para
España, basado en la «sociedad del conocimiento«, donde el sector TIC es
determinante.