Como ya comentábamos la semana pasada, la CNMC ha exigido a Telefónica que comparta sus nuevas infraestructuras de fibra con otros operadores. Ante esta premisa, la compañía multinacional advierte que esto pone en peligro sus inversiones, por lo que puede que afecte a su calendario de despliegue de fibra óptica si no se modifica.
Telefónica aún no ha movido ficha oficialmente y mientras prepara su gran carga de alegaciones ante esta imposición, ya ha expresado su preocupación. Según su directiva, esta normativa pone en peligro la rentabilidad de sus inversiones así como miles de puestos de trabajo generados gracias a la ampliación de dichas infraestructuras.
En comunicaciones no oficiales, la operadora española entiende esta decisión del CNMC como una apuesta errónea hacia un modelo de explotación “parasitario” similar al que sucede ya con las actuales instalaciones de ADSL.