Imagen de portada de Sole Treadmill en Flickr bajo licencia Creative Commons
Como decíamos, se avecina un nuevo conflicto por el canon digital, un impuesto que creíamos ya olvidado, y que resucitaba el gobierno este pasado lunes.
Como hasta 2011, el nuevo canon digital representa un gravamen que se aplicará a los dispositivos con capacidad de almacenamiento y reproducción digital, como los smartphones y las memorias USB entre otros. Nuevamente, a los consumidores se nos considera criminales antes incluso de que hayamos violado la ley.
Son varias las cosas que no han convencido a la Asociación de Internautas (AI) y a la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) pero, sobretodo, que el gobierno no ha presentado ningún dato sobre el impacto que representa la copia privada para el sector audiovisual, y sobre la cuantía que representa la compensación económica.
Ambas entidades se han quejado de la opacidad del Ministerio de Cultura, contra el cual ya han presentado un recurso de revisión por negarse a dar a conocer la valoración del daño causado por la copia privada en ejercicios anteriores.
Pese a que desde el gobierno se ha reiterado que el canon será aplicado a los fabricantes de los dispositivos, desde la AI y la AUI no tienen ninguna duda de que, finalmente, será repercutido a los usuarios con aumentos de precios en todos los dispositivos que tengan capacidad de almacenamiento y reproducción.
La clave aquí sería la obligación de desglosar el importe del canon en la factura, y la posibilidad por parte del consumidor de reclamar su devolución.