Con las necesidades de equipamiento de protección individual (EPI) debidas a la pandemia, desgraciadamente es lógico pensar que alguien puede aprovecharse de la situación dándonos gato por liebre y vendiéndonos algo sin ninguna certificación (y, por lo tanto, carente de cualquier seguridad sobre su funcionamiento).
Es por ello que, para permitir a los consumidores asegurarse de que una mascarilla que dice cumplir con la certificación FFP2, cumple efectivamente con ella, ha nacido la app FFP2 Mask Check, que emplea inteligencia artificial para realizar la comprobación.
Disponible, de forma gratuita, exclusivamente para Android (se puede descargar desde Google Play), permite hacer una foto del texto serigrafiado en la máscara, que podemos encontrar en uno de sus laterales.
Entonces, y tras haber reconocido dicho texto, realiza varias tareas:
- muestra el nombre del fabricante y el modelo
- referencia al nivel de protección FFP2 y si es reutilizable o no
- referencia a la norma UNE EN 149
- marcado CE realizado por un organismo notificado válido
- que carezca de referencias a otros estándares internacionales (KN95, GB2626, N95)
En caso de que pase estos cinco tests, da por buena la mascarilla como FFP2.
Qué es la FFP2
Esta certificación se ha hecho famosa entre la población a raíz precisamente de la pandemia de COVID-19.
La certificación FFP indica el nivel de filtrado de partículas que permite la mascarilla y, de menor a mayor filtrado, cuenta con tres niveles: 1, 2 y 3.
La FFP2 es, por lo tanto, la de grado intermedio, y garantiza el filtrado de partículas entrantes de, por lo menos, un 94% de las partículas (FFP1 es del 78%, y FFP3 es del 98%). Para las partículas salientes (es decir, protección para los demás), estamos en un 92% aproximadamente.
Mientras que las mascarillas FFP1 son útiles solamente contra el polvo, las FFP2 protegen también contra el coronavirus que provoca la COVID-19, y aunque no ofrecen protección contra asbesto y cerámica que sí ofrecen las FFP3, no se hace tan difícil respirar con ellas.