Lo que nos ha servido, por lo menos, para enterarnos que el comisario europeo de la Sociedad de la Información es comisaria, y responde al sugerente nombre de Viviane Reding. No la dejamos vivir tranquila parece, primero no aceleramos todo lo que le gustaría la entrada en vigor de la LPI, ahora, solo para fastidiarla parece, mudamos la sede de la CMT a Barcelona.
Parece que la noticia del traslado fue acogida en la Comisión Europea en silencio y hasta, a simple vista, con indiferencia, pero nada más lejos de la realidad. La cara de conductor de coche de pompas fúnebres que puso Vivi al enterarse alertó al muy catalán Ignasi Guardans, parlamentario europeo de Convergència Democràtica de Catalunya, que no dudó en preguntarle a que venia ese rostro de palo, y para que no pudiese escaparse con un «pardon monsieur, je ne parle pas la langue catalane», lo hizo por escrito, y por escrito se ha producido la respuesta.
Poco más o menos el comunicado de la comisaria viene a decir que si bien esa decisión compete exclusivamente al Estado Español, ella está para preocuparse, le pagan por eso, y se preocupa todo lo que le da la gana y, si eso no fuese suficiente razón, que para nosotros lo es, alega que las operadoras se preocupan de la inseguridad jurídica que ello puede ocasionar.Sospechamos que ha leído el Estatut y, como la mayoría de mortales, no se ha enterado de nada. También es de la opinión que si ahora funcionan mal, los de la CMT se refiere, metiéndolos en líos de mudanzas lo harán peor. En eso, quizás, se le puede dar la razón.
Nuestros corresponsales en Andorra y Mónaco investigan activamente que operadoras pueden ser las que han expresado su preocupación, ya que nos consta que ninguna de las españolas lo ha hecho, y ni se les ha pasado por la mente, siquiera, que este cambio de ubicación pueda suponerles algún vacío legal.
Por cierto, una de las cosas que, en la sede que sea, tendrá que resolver la CMT próximamente será una nueva reclamación de Jazztel, que en marzo ha tenido cerca de 2.500 bajas y más de 12.000 cancelaciones, y pide la cabeza de Telefónica en bandeja de plata o algo así. Y eso que a pesar de todo han terminado el mes en positivo. A ver si en los próximos meses conservan esas altas.
Por nuestra parte nos da exactamente igual que los señores de la Comisión del mercado de Telecomunicaciones se relajen, después del trabajo, en la Casa de Campo madrileña o en el Barrio Latino barcelonés. Nos conformamos con que trabajen.
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