Innovadora oferta de Jazztel

Corrían los años 80
cuando se pusieron de moda las reuniones de Tupperware y de
Avón, con gran regocijo de las amas de casa de
entonces. El sistema era sencillo, un señora compraba un
muestrario de productos, ya fuesen tarros de plástico o
cosméticos, y se dedicaba a dar meriendas a las amigas para «mostrarles» su adquisición y, de paso, llevarse
las comisiones de las compras que estas hiciesen.

La que se decidía a comprar el
muestrario completo, pues, a su vez, organizaba la siguiente
merendola. Había, incluso, la que, sin comprar nada, ofrecía
su casa, y la presencia de sus amistades, para organizar una reunión
de esas, lo que siempre nos ha hecho sospechar que allí se
hablaba de más cosas, aparte del producto que se promocionaba.

Tras el «si no está satisfecho
le devolvemos
el dinero», Jazztel lanza otra
ofensiva, la de «Cliente Capta Cliente» que como, por
razones obvias, no han podido llamar CCC, no regalan guitarras, han
recurrido al socorrido inglés y la han denominado MGM, Member
Get Member.

Si un cliente de factura única
de Jazztel logra embarcar a un amigo, para vivir juntos la
iniciática aventura de ser clientes de la operadora, también
en la modalidad de factura única, esta regala 3 meses
de conexión gratuita a ambos. Y esto es acumulable. Si
convences a dos colegas pues tienes 6 meses gratis y así
sucesivamente. A su vez, el abducido puede entrar en el juego, e
intentar sumar mas periodos gratuitos a su trimestre.

Esta clara nuestra propuesta para
rentabilizar esta oferta: crear el TupperJazztel.

Con objeto de dar, a los interesados,
la máxima información útil, hemos telefoneado a
dos tías segundas, solteronas, que, en su momento, fueron
vendedoras del mes de Tupperware. No ha sido fácil, una
es sorda y la otra no oye.

A pesar de habernos quedado afónicos,
hemos descubierto su secreto: el café hay que comprarlo en
grano y molerlo justo antes de la reunión, las pastas
de lata que sean danesas, los bombones, elegirlos suizos,
de plato consistente poner bocaditos de nata y siempre, esto
sí que es, al parecer, imprescindible, tener una botella de
Chinchón a mano. Es conveniente que esta botella esté
sin empezar y algo polvorienta, para no dar la mala imagen de que se
bebe a solas.

Si ellas, con estas sencillas normas de
actuación, y no olvidando jamás esconder la botella de
anís empezada y dejar a la vista solo la nueva, llegaron a las
más altas cotas del Tupperware, vosotros podéis,
haciendo lo mismo, navegar gratis toda la vida.

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