Google busca su sitio

No es nada raro que los proyectos que se realizan en Internet acaben cerrando sin pena ni gloria. De hecho, se afirma que aproximadamente un 80% de los negocios que se realizan en la web fracasan antes de llegar a los tres años de vida. Una situación decepcionante para pequeños emprendedores muchos de los cuales esperan un impulso que los lleve a ser comprados a tiempo por un grupo de inversores capital-riesgo que les llene los bolsillos y les saque de la quiebra. No todos son así, claro, pero la situación deja en un claro lugar lo arriesgado de un mercado que se sustenta en variables y en suposiciones. Burbujas por definición.

El tema recobra un especial interés cuando el proyecto sobre el cual hablamos de fracaso es de Google Wave porque, en palabras del vicepresidente de la compañía, «la gente no estaba preparada para eso«. Lo cierto es que el proyecto tenía su interés y, de algún modo, era innovador; pero más cierto es que al todopoderoso buscador se le atragantan este tipo de servicios. Aquí no funcionó Orkut, acaba de cerrar Wave y tampoco está funcionando Buzz, el último intento para competir con las redes sociales, cada uno enfocado desde un punto de vista diferente, pero ninguno con éxito. No han conseguido dar con la tecla que consigue atraer a varios millones de usuarios como ya hicieron con su dominador algoritmo de búsqueda o con la enésima revisión de un servicio de correo electrónico.
Sin embargo, pese a los fracasos, Google no deja
de crecer
.
En pocos años se ha convertido en un mastodonte de Internet que ya no
es sólo un buscador o una empresa de publicidad, sino algo mucho más
grande. Pese a que casi todo su negocio se realiza al son de los
ingresos publicitarios
, el gigante norteamericano no deja de extender
sus tentáculos hasta áreas que, si bien a veces pueden resultar
sorprendentes, son completamente lógicas cuando se miran con
detenimiento. Desde las redes de fibra óptica hasta la televisión o los
móviles
. Parece claro que el boom del buscador debe de tener un techo y
que tarde o temprano le llegará una competencia que empiece a hacerle
daño así que, aprovechando el viento favorable, se buscan negocios donde
asentarse, donde multiplicarse para convertir la inversión en estable y
no ser presa de una segunda burbuja punto com. Y se siguen estudiando
fórmulas, incluso algunas que hacen tambalearse la filosofía de la
empresa
.
 Asentar el crecimiento en algo rígido es clave y volcarse en
intangibles es un riesgo demasiado alto cuando hablamos de una de las
compañías que están definiendo, junto con todos los usuarios, el destino
de Internet.

Las otras dos empresas con ganas de jugar un papel importante son
conocidas por todos, Microsoft, porque siempre ha estado ahí y cuenta
con recursos para seguir estándolo, y una renovada Apple bajo la
influencia (casi divina) de Steve Jobs. Cada una con su modelo. Lo
curioso es ver lo rápido que han cambiado los guiones. Apple veía un
futuro negro y ahora, pese a mucha tienda de aplicaciones que tenga, su
negocio esta en el hardware; los iPods, iPhones, iMacs y todas esas
cosas con una «i» minúscula que tan buenos resultados les da en los
últimos años. Cuenta con software, claro, pero no deja de ser parte de
ser un extra para un envoltorio mucho más grande con un diseño cuidado
al milímetro. Microsoft, por su parte, normalmente se ha dedicado a
vender software, ya sea en forma de sistemas operativos, clientes de
mensajería instantánea o videojuegos. Precisamente cuando todos estos
límites se hacen difusos es cuando desde RedMon plantean una nueva
estrategia en la que se incluyen móviles, tablets, reproductores de
música (Zune) y demás; pero su negocio principal sigue siendo la venta
de software de escritorio, ya sea vendido en un DVD o en una tienda
virtual.

Es esencial destacar esto en cuando volvemos a Google, de quienes
difícilmente podemos ver un DVD firmado. Google quiere ir más allá del
buscador, quiere hacer aplicaciones, pero quiere llevarlas a la nube.
Que cuando utilicemos una aplicación lo hagamos desde el propio
navegador (aquí el fundamento de Chrome OS) e interactivo con todos los
servicios que ofrecen al mismo tiempo con la total seguridad de que los
datos estarán siempre ahí, en algún sitio, pero a salvo. Por eso se
chocan incansablemente contra el muro de las redes sociales, porque se
trata de una pieza esencial dentro del puzle de tener todo en un mismo
sitio. Porque Google, pese a tener mucho y probar con todo, sigue
buscando su sitio para que no entren más en la sala.

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