«Mi intención es estudiar la posibilidad de establecer un regulador independiente de las telecomunicaciones europeas». Más de uno lo habrá adivinado, tan comedidas, profundas y brillantes palabras solo podían salir de una boca, de unos labios señoriales a la vez que cercanos, en resumen, que son palabras de Vivi.
La comisaria europea de telecomunicaciones, Viviane Reding, anda por Italia y aprovechó su estancia en el país transalpino para, ante una comisión del Parlamento, hacernos participes de sus intenciones. Según explicó, son varios los reguladores nacionales los que piensan en la necesidad de fortalecer el mercado europeo interior de telecomunicaciones con la creación de un organismo superior, que unifique los criterios de todos los países que componen la Comunidad. Seria como una CMT pero a nivel de toda Europa.La estructura, según la acertada comparación de cincodias, seria similar al del Banco Central Europeo como organismo regulador de los distintos bancos nacionales, como pude ser el Banco de España, y su función la de unificar las tendencias de la industria tecnológica de la comunicación en arras de un mayor desarrollo de nuevos productos a precios competitivos e incentivar la inversión.
Apreciamos claramente que el sueño de Vivi sigue siendo el mismo, al que ya nos tiene acostumbrados: que el mercado único europeo sea eso, único y europeo y que disponga de instituciones capaces de dar directrices comunes que lo blinden ante la competencia extracomunitaria. Claro que, para eso, hay que subsanar infinidad de intereses particulares, cada país tiene los suyos propios y casi siempre en contradicción con los del vecino, lo que hará que, inevitablemente, Vivi pase a la historia como una adelantada a su tiempo para algunos y como una mala pécora para otros. Lo que no se le puede negar es que piensa a lo grande.