Y su sitio es encabezando la lista de
intentos de cacicadas del siglo.
El presidente francés hará lo que le
de la gana, que para eso es de derechas, pero mucho tendrá que
maquillar su ley de las desconexiones para que no se le convierta en
una pesadilla de sentencias en contra, y así de claro lo ha dejado
el Consejo Constitucional francés.
Las leyes francesas, dictamina
el Constitucional, no tienen el menor inconveniente en que HADOPI,
la Alta Autoridad de Internet creada al efecto, avise todo lo
que le plazca, pero deja claro que no está capacitada para sancionar
a nadie, ni con desconexiones ni con nada, ni siquiera para
proponerlo.
Solo un juez podrá decidir en ese
sentido y, dado que si se llevan a los tribunales todos los casos que
se pensaban castigar a dedo, la justicia se colapsaría, tendrán que
dedicarse solo a los muy relevantes, a las mafias de piratas de
verdad, no a los simples usuarios.
La UE aplaude esta decisión,
acorde a su postura actual, lo que le viene muy bien a España,
que ya puede ir empezando a descartar algunas de las propuestas que
baraja.
Esperemos que la ministra de cultura
francesa, que iba a explicar
las grandes virtudes de la ley Sarkozy en EEUU,
explique también que es ilegal.