Futuro incierto del compromiso de permanencia

Nos encontramos en pleno auge de las nuevas tecnologías. Por fin, gracias a las tarifas planas, Internet es accesible a todos sin necesidad de grandes ingresos. Sin embargo, existe una actitud de protesta generalizada de todos los usuarios respecto a una cláusula común en todo contrato con una compañía: el compromiso de permanencia.
Normalmente, este compromiso (que suele ser de 18 meses) incomoda a los usuarios,  sobre todo porque no se suele informar de esto en las promociones de las diferentes empresas
La sección de los estudiantes universitarios fuera del domicilio familiar, son uno de los sectores que más contrata estos servicios y no pueden asumir un compromiso de más de un año escolar, por lo que se ven obligados a abonar lo que se considera la  consecuencia más grave de esta cláusula: la penalización por incumplirla.
Lo cierto es que el descontento general hacia el compromiso de permanencia no es ningún secreto. Derivado de esto, Jazztel ha sido la primera compañía que ha realizado un esfuerzo por posicionarse como la primera operadora que no lo tiene, con lo que pretende tener una ventaja competitiva sobre el resto.

Hace unos días, sin embargo, saltaba la noticia de que ONO también se ha montado en el carro de las compañías que ofrecen su servicio sin atar a sus clientes durante un período determinado so pena de recibir una sanción económica.
Estos hechos dejan un nuevo campo abierto en el que las compañías deberán situarse para seguir siendo competitivas. De parte de los usuarios, es todo un placer que el sector de ADSL evolucione en esa dirección y es algo que la mayoría de lectores, estoy seguro, pueden confirmarme.
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