Por lógica, el vídeo es uno de los contenidos que mayor volumen de datos consume y, por lo tanto, necesita más ancho de banda y velocidad.
A esto, hay que añadirle que el consumo de vídeo en alta definición (HD) crece exponencialmente, según revela un estudio de Openwave Mobility, compañía especializada en monetizar el tráfico para las operadoras.
Según los resultados que arroja este estudio, el vídeo en alta definición ya supone casi el 40% de todo el vídeo que se visualiza en streaming a través de dispositivos móviles como los smartphones. Y solo amenaza con subir.
La previsión es que el año que viene, 2018, el total de vídeo en alta definición visto empleando conexiones móviles supere ya la mitad del total.
La 5G entra en escena
Las operadoras ya están exprimiendo al máximo el «tubo» por el que pasan los datos de las conexiones a Internet en movilidad, y el aumento del caudal de datos procedente del vídeo en HD los está tensionando todavía más.
Ello dificulta que las mismas operadoras mantengan la calidad de servicio que sería deseable para sus clientes, y les obliga a buscar una solución que llegará en forma de la 5G, la próxima generación de conectividad móvil que empezaremos a poder ver en acción a partir del 2020.
Esta solución no solamente aporta, para explicarlo de una forma gráfica, un «tubo» de mayor diámetro por donde pasarán los datos, sino que estos lo harán más rápidamente, a la mágica velocidad de 1 Gbps (Gigabit por segundo).
De esta forma, los internautas que visualicen películas en HD desde sus dispositivos móviles, podrán disfrutarlas sin cortes ni parones.